jueves, 19 de noviembre de 2009
fin del trayecto
Tú que no me has visto besar otros labios que no fueran los tuyos... déjame que te ponga contra las cuerdas del violín y deslice mi arco contra ti.
Quizás esto se deba a mi amor al arte y tu desamor por mí.
Los puzzles siempre fueron mi fuerte, y ahora que se me acaban los días de exilio emocional, pienso dar por perdidas las piezas que nunca encajaron.
No hay nada nuevo bajo el sol, y ninguna estrella llevará mi nombre, pero he dejado una nota en todas mis caídas, para que recojan mis restos y mis sumas.
Ahora voy a hacerlo bien, tengo una brújula y todos los mapas de carreteras que salen a mi paso, seguiré mi camino invisible, mimetizándome entre la maleza y las virguerías del destino.
Me hago grande y esta habitación es muy pequeña, como Alicia y sus maravillas de la ficción, que se parecen demasiado a mi realidad.
Surco los trópicos con el favor de los vientos del norte, nada mejor que el frío sol de invierno para encender hogueras de noche.
Hablo de mí y mis silencios, de las palabras que gritan mis cuerdas vocales cuando me quedo muda, y cuando hablo de más, demasiado suelto por esta boquita, que sabe que las lágrimas de los lunes no saben mejor que la de los viernes.
Cierro este paréntesis en el norte de una de las lunas de Júpiter, para volver a tierra firme, escribiendo adiós con las estelas de los aviones que espero no perder.
Fue bonito mientras duró.
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1 comentario:
http://www.youtube.com/watch?v=07Vj0TAkjYw
Muaaaaacks. Es para acabar de deprimirnos.
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