lunes, 16 de junio de 2008

viento...

...el de las tardes de junio, el que entraba por la ventana de mi habitación, me agitaba el pelo resbalando por la espalda, me miraba con ojos envidiosos por tener los míos, aunque tu no lo supieras, observándote, en la distancia, donde siempre me quedé.
Nos decíamos tanto, que nunca abríamos la boca, pero cuando lo hicimos, acabamos huyendo de la escena del crimen donde asesinaste la simetría que tenía mi corazón, dividiéndola en dos.
Recuerdo ese viento de junio, tan frío y cálido a la vez, que me despeinaba y me levantaba la falda, me quería y me quiere, me sigue queriendo aunque los vientos del norte han soplado en mi cuerpo, aunque haya recorrido el mundo por corrientes espontáneas de aire que me alejaban de él. Me quiere porque vuelvo, y sabe que nunca me voy del todo.
En mi habitación, mi ventana abierta, sé que volverá a buscarme...

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