domingo, 1 de noviembre de 2009

Los domingos por la noche, en el sofá, dejo la ventana abierta, pienso de dónde vengo, y a dónde voy, en qué aeropuerto acabo de aterrizar o de qué tren me acabo de bajar.
Los domingos por la noche, en el sofá, la aun cortante resaca del viernes se funde con la premeditación de los lunes y la alevosía de los sábados inacabados.
Los domingos por la noche, en el sofá, escuchas a los vagones de metro salir a la superficie, rechinando vacíos, para descarrilar contra la niebla.
Los domingos por la noche, en el sofá, hay veces en las que es imposible vivir sin una canción que repetir y otras en las que queremos quedarnos sordos.

Algunos domingos por la noche, como hoy, en el sofá, te das cuenta que después de que te hayan hecho ver el cielo desde la tierra, la segunda mejor cosa que puedes hacer, es ver la tierra desde el cielo.



Aviones y placeres

1 comentario:

Yoyas dijo...

Los domingos por la noche como turrón de chocolate después de ver desde el sofá todas la pelis de sesión de tarde.