Violeta murió anoche.
Desapareció del espejo
con todas sus imágenes
voluptuosas e hirientes.
Sólo existía por una razón,
pero esa razón se le escapaba
y la volvía loca.
Murió, era su único fin,
en los brazos de nadie
y de mil miradas ajenas.
Dejó de ser ella
para ser... yo.
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