viernes, 16 de octubre de 2009




Hay demasiado tiempo en un reloj y una mano muerta siempre será una mano muerta.
No hay posibilidades de lluvia, pero hacerse un nudo por dentro es una de las formas más comunes de ahogamiento.
Una mano muerta no agarra otras manos, no saluda, no acaricia, no gesticula, no se cruje los nudillos y nunca se colará por tus cabellos.
En una mano muerta se desdibujan las líneas de la cabeza, del corazón y de la vida.
A pesar de tener dos manos, puede morir solo una y hacer que la otra caiga abatida por la muerte prematura de la otra.
Una mano moribunda se detecta por su color blanco, con reflejos azulados de venas que se congestionan y detienen.
Una mano moribunda poco a poco deja de arrastrar maletas por aeropuertos, deja de agarrarse a las asas de los autobuses, deja de sujetarse a los reposabrazos de los cines en las películas de terror.
Una mano casi muerta permanece en su sitio, esperando en la interminable espera de que el resto del cuerpo también muera.
Una mano muerta, nunca se decora, no lleva anillos ni pulseras, ocasionalmente lleva reloj, pero como ya es sabido, hay demasiado tiempo en un reloj, y una mano muerta siempre será una mano muerta.

14 marzo 2009

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